expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

jueves, 8 de abril de 2010

Noche oscura..

En una noche oscura y fría
De esas que los huesos helaba
En el cementerio yo lloraba
Y silenciosamente, llovía
Ya se fue la alegoría
Ya respirar me costaba
La dulce voz me llamaba
Mis oídos no resistían
Una tétrica melodía
A un infierno nos llevaba
Que el pensamiento sofocaba
Y la consciencia retorcía
Con una sonrisa tardía
La muerte sus cartas jugaba
Yo sin embargo contemplaba
Enterrar esta sinfonía
Mis latidos pronto caerían
Ya los últimos notaba
En mi lápida me tumbaba
Y en silencio, me moría...

Siempre he comparado mi vida con la de una bailarina: esfuerzo, dedicación, práctica, concentración... Tengo que emplear cada uno de esos términos para poder tener un futuro. Pero las bailarinas bailan día a día, hora tras hora por placer, por cumplir un sueño que está en sus manos cumplir. Lo mío es rutina, días y días... hora tras hora, minuto a minuto... cada segundo marcado por el reloj Tic, Tac.
ESFUERZO PRÁCTICA
DEDICACIÓN CONCENTRACIÓN

Pero incluso el sueño de las bailarinas se convierte en rutina, para poder llegar a unos objetivos y para cumplir su sueño hacen como yo: no lo piensan, lo hacen y ya esta... pero incluso de esa manera nos hacemos daño. La bailarina sangrará y volverá a levantarse, yo me derrumbaré y volveré a levantarme.